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9 de abril de 2010

Promesas y Mensaje de Jesús Misericordioso.

Sor Faustina Kawaslka y la visión de la Coronilla--->
<---El Espíritu de Oración por San Pedro Julían Eymard.


Resumen de los hechos:

-Mensaje de Jesús Misericordioso.

-La Misión de Sor Faustina.

-Jesús pide que confiemos en Él.

-DOMINGO IN ALBIS, LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA.




Mensaje de Jesús Misericordioso



"La humanidad no encontrará ni tranquilidad ni paz hasta que se vuelva con plena confianza a mi Misericordia"
Palabras de Nuestro Señor Jesucristo a Sor María Faustina Kowalska.

La Divina Misericordia tiene particular condescendencia para con la humanidad de nuestros días, tan fría en la fe a causa de los dolores que la oprimen, y debido a la ansiedad terrible de un porvenir que es incierto y obscuro...

Desde el año 1931 Nuestro Señor se apareció repetidas veces a una humilde religiosa, Sor María Faustina Kowalska, a la cual enseñó una nueva forma de devoción a la Divina Misericordia,ordenándole que la propagase.

Dios manifestó así, por medio de Sor María Faustina, su anhelo de conducir a la desdichada humanidad a buscar su refugio donde se encuentra la sola y única fuente de toda salvación.
Hermano he aquí el mensaje, a los devotos del Sagrado Corazón de Jesús alguna explicación referente a las relaciones mutuas de ésta devoción con el culto del Corazón Sagrado de Jesús.

El 27 de febrero de 1948 el locutor de Radio Vaticano transmitía un mensaje especial referente a Sor Faustina, Apóstol de la Divina Misericordia:
"Al mundo que se encuentra en la boca del abismo, Jesús le envía su sierva para que le diga que se eche en los brazos de Divina Misericordia;
así concederá a todos los hombres la vida, la verdadera felicidad, el orden y la paz duradera".


A fin de propagar esta devoción, los obispos de Polonia determinaron someterla al examen de la Santa Sede, pidiendo se dignara fija para el domingo primero después de Pascua la "Fiesta de la Divina Misericordia".
(Es decir el Domingo In Albis)


"Recuerdos Espirituales": escritos por Sor Faustina por mandato de su confesor.


Su confesor no puede resistir a la profunda impresión que siente al encontrarse frente a Faustina, un alma favorecida por el cielo con dones excepcionales.
Para Sor Faustina la santidad que ardientemente deseaba para cuyo logro se había hecho religiosa, no consistía en visiones y revelaciones, sino más bien en la práctica sólida de la virtud.
Por este motivo, se ejercitó con creciente constancia en obtener la pureza del alma, la humildad, la paciencia, la obediencia, la pobreza, la bondad, la caridad para con el prójimo hacia el cual se mostró siempre abnegadamente inclinada.

A todas estas virtudes añadía una gran recogimiento interior, una profunda piedad y, sobre todo, un gran amor a Dios. La misma Virgen Santísima le indicó la vía activa en el desarrollo de las virtudes fundamentales.
En la fiesta de la Inmaculada Concepción-escribe Sor Faustina:

-Vi a a la Santísima Virgen, Madre de Dios, bella, con belleza "INCOMPARABLE", que, sonriente me dijo:

"Hija mía, por deseo de Dios te seré Madre de un modo particularísimo, pero deseo que tú me seas hija de un modo también particular. Deseo que te ejercites en las tres virtudes que me son más gratas que todas las otras, y son predilectas de Dios.

La primera de estas virtudes es la "humildad", la "humildad", y lo vuelvo aún a repetir la "humildad".

La segunda es la pureza, y la tercera el amor a Dios".


Luego me apretó sobre su corazón y desapareció. Después de esta visión mi alma se sintió admirablemente atraída hacia esas virtudes y en ellas me ejercito fielmente. Están grabadas en mi corazón.
El Espíritu Santo elevaba el alma de Sor Faustina, le hacía sentir la presencia íntima de Dios, le llenaba completamente, atrayéndola a visiones celestiales y divinas.
El día de la Ascención del Señor de 1937-escribe Sor Faustina-:
mi alma fue tocada por Dios.
Después de la Sagrada Comunión, mientras mi alma se entretenía con el Padre Celestial, fui arrebatada en el fuego de su amor.
Entonces comprendí que nada exterior podía ser comparado con el puro amor de Dios.
Veía el gozo del Verbo Encarnado, y permanecí sumergida en el Misterio de la Trinidad de Dios.

Desaparecida la visión, permaneció en mi alma el deseo de estar unida a Dios.
Me invadió un amor tan grade hacia el Padre Celestial que todo aquel día permanecí como absorta en un éxtasis de amor.
Todo lo demás, delante de Dios, desaparecía como una gota en el océano.
No hay felicidad más grande que ésta, que Dios me concedió, haciéndome comprender interiormente, cuánto ama Dios cada latido de mi corazón y cómo manifiesta amarme con amor todo especial".

Fue de estas visiones que adquirió un conocimiento y una entrega total a Dios, que nació en su alma un inmenso y ardiente deseo expresado con estas palabras:

"Oh Creador Mío, suspiro sólo por Tí. Todo lo que existe en la tierra me parece como pálida sombra.
Te busco y deseo estar en Tí..., Señor atráeme a Tí..., pues muero del deseo de ir a Tí... Oh muerte, ¿dónde estás?... Señor, me atraes al abismo de tu Divinidad y Te escondes en las tinieblas.
Aunque todo mi ser está abismado en Tí, deseo, no obstante, contemplarte cara a cara. ¿Cuándo podré realizarlo?..."


Sor Faustina tenía mucha familiaridad con los Santos del Cielo.
Numerosos fueron los favores y privilegios que obtuvo de ellos.
También tenía trato con los Angeles y con frecuencia, durante la Santa Misa, se le aparecía el Niño Jesús.
Tuvo sublimes revelaciones de la Santísima Trinidad.
Estos hechos extraordinarios no sólo la llenaban de profundo recogimiento, sino que encendían en ella deseos y llamas de amor inextinguibles.
Sor Faustina murió victima de la tuberculosis en la Casa Madre de Lagiewniki, junto a Cracovia, el día 5 de octubre de 1938.

El Sacerdote Miguel Sopocko fue un gran impulsor y difundió con fervor la devoción a la Divina Misericordia, realizando con empeño las actividades sociales y de evangelización, tras la muerte de Sor Faustina Kowalska.
Miguel Sopocko reflejó una personalidad muy espiritual y una riqueza interna extraordinaria, además poseía una gran sabiduría este piadoso Sacerdote.



El beato Sacerdote Miguel Sopocko y Santa María Faustina Kowalska: Apóstoles de la Divina Misericordia al servicio de Dios Nuestro Señor.



La Misión de Sor Faustina.

La humanidad, especialmente en este último siglo, se ha alejado más y más de Dios. Por este motivo, a pesar del progreso de la civilización, se siente cada día más afligida e infeliz.

Para salvar esta humanidad tan extraviada y también tan culpable, el Cielo le ha enviado, en estos últimos tiempos, avisos extraordinarios. La Santísima Virgen, en las grandes apariciones de la Salette, Lourdes, y Fátima, exhorta a la penitencia y a una vida de fe y caridad.

Si esto no se cumple grandes calamidades, predichas por la Madre de Dios, caerán sobre la humanidad en castigo de su prevaricación.
En el número de esas grandes apariciones hemos de incluir también aquellas hechas por Nuestro Señor a Sor Faustina Kowalska. A ella apareció el mismo Jesucristo, el cual, con la nueva revelación de su Misericordia, quiere convertir a la humanidad y alejarla del camino de perdición...

De hecho, con frecuencia repetía a su confidente Sor Faustina:


"La humanidad no tendrá paz hasta que no se vuelva con confianza a la Divina Misericordia".

Jesús Misericordioso se reveló por primera vez a Sor Faustina en Plock, el dia 22 de febrero de 1931.
He aquí la descripción que ella misma nos ha dejado:

"La tarde de aquel día, cuando me hallaba en mi celda, vi al Señor vestido con vestidura blanca. Tenía una mano en actitud de bendecir, y con la otra tocaba la túnica blanca sobre el pecho.
Del pecho, por la abertura de la túnica, salían dos grandes rayos de luz, uno encarnado y el otro blanco.

En silencio contemplaba la mirada del Señor. Mi alma era presa del temor, pero también de gozo inefable. Poco después me dijo:
"Pinta un cuadro según el modelo que ves, y escribe debajo:
"JESÚS, EN VOS CONFÍO".

Deseo que esta imagen sea venerada en primer lugar en vuestra capilla y luego en el mundo entero".

Después de la manifestación de este deseo, Sor Faustina señala dos promesas hechas por Jesús:

"Prometo que no se perderá el alma que venere esta imágen.
Le prometo ya desde esta vida la victoria sobre sus enemigos, y particularmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la defenderé como a mi gloria"


Cuando Sor Faustina, por mandato de su confesor, pidió durante la oración el significado de las apariciones, recibió en respuesta la siguiente explicación:

"Los rayos de luz de la imagen representan la Sangre y el Agua que brotaron de lo íntimo de mi Misericordia cuando en la Cruz mi Corazón agonizante fue abierto con la lanza.
Los rayos rayos blancos representan el Agua, que justifica a las almas, los rayos encarnados la Sangre, que es la vida de las almas.
Estos rayos protegen a las almas de la ira de mi Padre Celestial. Feliz será el que viva a la sombra de ellos, ya que la mano de la Justica Divina no llegará a tocarlo".

El Salvador desea que esta conmovedora prueba de su amor, es decir, el haber dado hasta la última gota de su preciosa Sangre, juntamente con el Agua, sea particularmente venerada en la devoción a la Divina Misericordia.
A ése fin encargó a Sor Faustina que escribiera esta breve jaculatoria:

"Oh Sangre y Agua que brotastéis del Corazón de Jesús, como una fuente de Misericordia para nosotros, en VOS CONFÍO".


Y le encargó que recitara dicha jaculatiria con frecuencia.
Con el fin de que nadie dudase de los sentimientos que debe despertar esta imagen, El mismo dijo a Sor Faustina que escribiera debajo de ella:

"Jesús en Vos Confío", y le explicó también el porqué:

Ofrezco a la humanidad el vaso con el cual debe venir a la Fuente de la Misericordia para obtener gracia; el vaso es ésta imagen, debajo de la cual está escrito:

"JESUS EN VOS CONFÍO".


Jesús pide que confiemos en Él.



¡Confianza!
He aquí el gran reclamo de Jesús en esta devoción.

"Arden en Mí las llamas de la Misericordia",
dice el Señor, y Yo quiero derramarla en el corazón de los hombres".


Se queja dolorosamente de su desconfianza:
"La falta de confianza lastima mis entrañas.
Me aflige mucho más aún la desconfianza de las almas elegidas.
A pesar de que mi amor es inextinguible, no confían en Mí..."


Para consolación de los más grandes pecadores ordena a Sor Faustina escribir lo que sigue:
"Los mayores pecadores, ellos antes que los demás tienen derecho a la confianza en el abismo de mi Misericordia.
La mayor consolación la recibo de aquellas almas que confían en mi Misericordia.
A ellas concedo gracias por encima de sus deseos.
No puedo castigar a aquél que, aún siendo gran pecador, y el peor de todos, se confía a mi bondad: lo justificaré en mi inescrutable e inmensa Misericordia".


Nuestro Señor y Salvador dirige un sentido llamamiento a los hombres, a fin de que se apresuren a acudir a la misericordia antes que sobrevenga la Justicia:

Escribe que antes de venir como Juez, abriré de par en par la gran puerta de mi Misercordia.
Quién no quiera pasar por esta puerta, tendrá que pasar por aquella de mi Justicia".


El Señor dio a conocer varias veces a Sor Faustina, la enormidad de los pecados de los hombres.
Consternada a la vista de tal monstruosidad, ella le preguntó una vez cómo podía soportar tan terribles ultrajes!.

"Para el castigo-respondió Jesústengo toda la eternidad: ahora prolongo el tiempo de mi Misericordia; más ¡ay de aquellos si no aprovechan el momento de mi gracia!...
Confidente de los secretos de mi Misericordia, te obligo, no sólo a que escribas de ella para anunciarla, sino igualmente a que implores gracia para que ellos también adoren mi Misericordia."


Otra vez le dijo:
"Escribe que cuanto es más grande su miseria, tanto mayor derecho tienen a mi Misericordia. Llamo a todas las almas a la confianza en el insondable abismo de mi Misericordia, porque deseo salvarlas a todas.

La fuente de mi Misericordia ha sido abierta para todos las almas con el golpe de la lanza en la Cruz. No he excluido de ella a ninguna".



DOMINGO IN ALBIS, FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA.


PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO A SANTA FAUSTINA KOWALSKA.

Promesas hechas durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia.

Nuestro Señor pidió a Sor Faustina que pinte un cuadro de Jesús Misericordioso:

Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción :

"¡Jesús, en VOS confío!.

"Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero.
Prometo que no se perderá el alma que venere esta imágen.
Le prometo ya desde esta vida la victoria sobre sus enemigos, y particularmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la defenderé como a mi gloria".

"Mi Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una "Fiesta de la Misericordia" y que esta imagen sea venerada por todo el mundo.
Esta fiesta será el primer domingo después de la Pascua, Domingo IN ALBIS.
Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores."

"Estos rayos protegen a las almas de la ira de mi Padre Celestial.
Feliz será el que viva a la sombra de ellos, ya que la mano de la Justica Divina no llegará a tocarlo. Protegeré las ciudades y las casas donde se encuentre esta imagen.
Cuando un alma exalta Mi bondad, entonces Satanás tiembla y huye al fondo del infierno".

"Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas.
Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fué abierto por una lanza en la Cruz...
Bienaventurados todos aquellos que busquen refugie en éstos rayos, porque la justa mano de Dios no llegará a tocarla".

Remisión Completa de la Culpa y de los Castigos, es decir Indulgencia Planaria.

El divino Salvador quiere que todos retornen a El, no solamente los individuos y las familias, sino también toda las naciones y toda la humanidad entera.

A tal objetivo, por medio de su Confidente Sor Faustina, pide la institución de una nueva fiesta, determinando el día para sus festejo:
"Deseo que el primer domingo después de la Pascua se celebre la Fiesta de la Misericordia"...

Jesús desea que su fiesta tenga vital importancia.
Con esta fiesta se obtendrán grandes privilegios y gracias para todos...

Escuchemos las palabras de Jesús a Sor Faustina:

Confidente de los secretos de mi Misericordia, te obligo, no sólo a que escribas de ella para anunciarla, sino igualmente a que implores gracia para que ellos también adoren mi Misericordia.

Otra vez le dijo:
"Escribe que cuanto es más grande su miseria, tanto mayor derecho tienen a mi Misericordia. Llamo a todas las almas a la confianza en el insondable abismo de mi Misericordia, porque deseo salvarlas a todas.

La fuente de mi Misericordia ha sido abierta para todos las almas con el golpe de la lanza en la Cruz. No he excluido de ella a ninguna".

La fiesta de la Divina Misericordia.


El divino "Deseo que el primer domingo después de la Pascua se celebre la Fiesta de la Misericordia".
Jesús desea que su fiesta tenga vital importancia.
Con esta fiesta se obtendrán grandes privilegios y gracias...
Escuchemos las palabras de Jesús a Sor Faustina:

"Hija mía, habla a todo el mundo de mi inconmensurable Misericordia.
Deseo que la fiesta de la Misericordia sea la salvación y el refugio de todas las almas, más particularmente de los pobres pecadores.
En ése día se abriran las puertas de mi Misericordia; derramaré todo el océano de mis gracias sobre las almas que acerquen a la fuente de mi Misericordia.

Las personas que el primer domingo después de la pascua, Día de la Misericordia, se acerquen al confesionario, confiesen todos sus pecados y comulguen, obtendrán el perdón completo de la culpas y de los castigos.
Que nadie tema acercarse a Mí, aún cuando sus pecados fuesen los más atroces y los más terribles que uno se pueda imaginar.
Esta fiesta, nacida de lo íntimo de mi Misericordia, queda confirmada en sus profundidades...

Deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de la "Pascua".
Es decir es la Festividad de "Domingo In Albis".


Recemos todos juntos para que millones de personas en el mundo entero, se acerquen a la iglesia, el primer domingo después de la Pascua,
y puedan confesar, y comulgar, y así ganar ésta Indugencia Plenaria, con la remisión completa de las culpa y los castigo.

Jesús Misericordioso nos espera, hagamóslo saber a todo el mundo, ayudemos a Jesús a llevar almas a su Reino, que así sea, para mayor Gloria de Dios. Amén.






Frases y Dichos


Conocerse a sí mismo es el mayor saber (Anómino)

Para saciar el hambre de una persona basta un plato de comida, pero para saciar el hambre de un país hace falta educación.(Griego)

Libros caminos y días dan al ser humano sabiduría.(Árabe)

Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanza de volver.(Judío)

Al que mal vive el miedo le sigue. (Español)

El que buscan un amigo sin defectos, se queda sin amigos. (Turco)

Hay cuerdas en el corazón humano que es mejor no hacer vibrar.(Charles Dickens)

Si quieres la paz, reza y enseña a rezar.(Ruso)

4 de abril de 2010

El Espíritu de Oración por San Pedro Julián Eymard.

Promesas y Mensaje de Jesús Misericordioso--->
<---Oración a Nuestra Señora de Lourdes.


Según San Pedro Julián Eymard. Insigne apóstol de la Eucaristía y fundador de los religiosos y de las siervas del Santísimo Sacramento.


"Derramaré sobre la casa de David el espíritu de gracia y de oración".(Zac.,XII,10)

Dios, al prometer el mesías al pueblo judío, caracteriza su misión con estas palabras;
"Derramaré sobre la casa de David y sobre todos los moradores de Jerusalén el espíritu de gracia y de oración."
Aunque antes de la venida de Jesucristo se oraba y Dios daba la gracia, sin la cual nunca hubiesen podido santificarse los justos;
pero esta gracia de oración no era buscada con ardor, ni debidamente estimada, Jesucristo vino como rocío de gracia que cubre toda la tierra, y derramó por todos partes el espíritu de oración

La oración es la característica de la religión católica y la señal de la santidad de un alma y aún la santidad misma; ella hace los santos y es la primera señal de su santidad.

Cuando veas a alguien que vive en la oración, dí; veo un santo.
Siente san Pablo el llamamiento de Dios, y al punto se pone en oración.
¿Qué hace en Damasco durante tres días?. Reza.
Es enviado Ananías por el Señor para bautizarle.
Iba a resistir un instante a la orden de Dios, temiendo al perseguidor de los cristianos,
"vete", le dice el Señor, pues le encontrarás en oración:
"Ecce enim orat."

Ya es un santo, porque reza.
No dice el Señor: Se mortifica o ayuna, sino que dice; reza.
Todo aquel que reza, llegará a ser santo.

La oración es luz y poder, es la acción misma de Dios, de cuyo poder dispone el que reza.
Nunca verás que se hace santo alguien que no reza.
A no dejarse engañar por hermosas palabras o por apariencias, que también el demonio puede mucho y es muy sabio en ésto: y él puede transformarse en ángel de la luz.

Ha no dejarse fiar de la ciencia, que no es ella la que nos hace santo.
El conocimiento sólo de la verdad es ineficaz para santificar; es menester que se le junte el amor.
Pero ¡qué digo! ¡Si entre ver la verdad y la santidad media un abismo!
¡Cuántos genios se han condenado!

Voy aún más lejos, y digo que las buenas obras de celo no santifican tampoco por sí solas.
No es éste el carácter que Dios ha dado a la santidad.
Aunque los fariseos observaban la ley, hacían limosna y consagraban los diezmos al Señor, el Salvador los llama:
"sepulcros blanqueados."

El evangelio nos muestra que la prudencia, la templanza y la abnegación pueden juntarse con conciencia viciosa, así lo atestiguan los fariseos, cuyas obras no oraban nunca, por más que trabajaran mucho.

"Las buenas obras exteriores no constituyen, por consiguiente, la santidad de un alma, así como tampoco la penitencia y la mortificación".

¡Qué hipocresía y orgullo no encubren a veces un hábito pobre y una cara extenuada por las privaciones!

Si, al contrario, un alma que reza, posee un carácter que nunca engaña.
Cuando alguien reza se tienen todas las demás virtudes y se es santo.
¿Qué otra cosa es la oración sino la santidad practicada?

En la oración se encuentran ejercitadas todas las demás virtudes como la "humildad", que hace que confieses ante Dios que te falta todo, que nada tienes, que hace confesar tus pecados, levantar los ojos a Dios y proclamar que sólo El es santo y bueno.

¡Eso hace la oración, y así actúa el que reza!

En la oración se ejercitan también la fe, la esperanza y la caridad.
¿Qué más? Rezando ejercitamos todas la virtudes morales y evangélicas.
Cuando rezamos hacemos penitencia, nos mortificamos.
La imaginación queda sojuzgada, se clava la voluntad, se encadena el corazón, se practica la humildad.
La oración es la mismísima santidad, pues que encierra el ejercicio de todas las demás virtudes.

Por eso, nunca se ha dejar de rezar, "nunca", "nunca"!.

Aunque sea una simple oración a Dios Nuestro Señor, agradecerle por el nuevo día, ahí ya estamos rezando, y acumulando dones y gracias que solo veremos cuando lleguemos al cielo.

Hay quienes dicen: ¡Si la oración no es más que pereza! ¿Sí?
Vengan los mayores trabajadores, lo que se dan febrilmente a las obras, que pronto sentirán harto mayor dificultad en rezar que en entregarse a sacrificarse por cualquier obras dificultosas y de celo.
¡Ah! ¡Es más dulce, más consolador para la naturaleza y más fácil el dar que el pedir a Dios!

Sí, la oración por sí sola vale por todas la virtudes, y sin ella nada hay que valga ni dure!.
La misma caridad se seca como planta sin raíz cuando falta la oración que la fecunde y la refresque.
Porque en el plan divino la oración no es otra cosa que la misma gracia.




Porque en el plan divino la oración no es otra cosa que la misma gracia.
¿No has caído en cuenta en que las tentaciones más violentas son las que se desencadenan contra la oración?

Tanto teme el demonio a la oración que nos dejaría hacer todas la buenas obras posibles, limitando su actividad a impedir que rezemos o a que nos tomemos el buen hábito de rezar.

Por lo que debemos estar de continuo sobre aviso, alimentar incesantemente de oración nuestro espíritu, hacer de la oración el primero de nuestros deberes.

No se dice en el evangelio que haya que preferirse la salvación del prójimo a la propia, sino todo lo contrario:
"¿Qué servirá al hombre convertir al universo mundo, si perdiera su alma?"

La primer ley es salvarse a sí mismo y no se salva sino orando.
Es ésta,¡ay!, una ley que se viola todos los días.
Fácilmente se descuida uno por favorecer a los otros y se entrega a las obras de caridad.
Claro, la caridad es fácil y consoladora, nos eleva y honra, en tanto que la oración... huímos de ella por ser perezosos.

No nos atrevemos a entregarnos a esta práctica de la oración, porque es cosa de que no mete ruido y resulta humillante para la naturaleza.
Si para vivir naturalmente hace falta alimentarse, la condición eneludible para vivir sobrenaturalmente es rezar.

Lo vuelvo a repetir, nunca abandones la oración, aún cuando fuera preciso abandonar para ello la penitencia, las obras de celo y hasta la misma Comunión.
La oración es propia de todos los estados y todo lo santifica.

-¡Cómo! ¿Dejar la Comunión, que nos da a Jesús, antes que la oración?

-Sí!; porque sin la oración ése Jesús que vas a recibir es como un remedio cuya envoltura se impide recibir sus saludables efectos.

Nada grande se hace por Jesucristo sin la oración;
la oración hace que uno se revista de sus virtudes, y si no rezas, ni los santos ni el mismísimo Dios te harán adelantar un paso en el camino de la perfección.

Hasta tal punto es la oración ley de la santidad que cuando Dios quiere elevar a un alma no aumenta sus virtudes, sino su espíritu de oración, o sea su potencialidad.
La aproxima más a sí mismo, y en eso está todo el secreto de la santidad.

Examina tu propia experiencia. Cuántas veces te has sentido inclinado hacia Dios, otras tantas has recurrido a la oración y al retiro espiritual.
Y los santos, cómo sabían de la importancia de la oración, la estimaban más que todo lo demás; suspiraban de continuo por el momento en que quedasen libres para darse a la oración, la cual les atraía como el imán al hierro.

Por eso su recompensa ha sido la oración y en el cielo están rezando continuamente.
¡Ah, sí, los santos rezaban siempre y en todas partes y a cualquier hora del día, hacían un lugarcito en sus ocupaciones y mentalmente elevaban a Dios una oración y éso los fortificaba y le daba una fuerza para enfrentar todos los peligros que acarrea para el alma vivir en el mundo, frente a las tentaciones de todo tipo.

Esta era la gracia de su santidad, y es también la de cuantos quieren santificarse. Y, lo que vale más todavía, sabían hacer rezar a cuantos les rodeaba.

Escucha a David:
Benedicite, omnia opera Domini, Domino, Omnia,(Bendecid al Señor todas las cosas y todos nosotros).
David presta a todos los seres aún inanimados un canto de amor a Dios.

¿Qué quiere decir esto?
¡Ah, que las criaturas alaban a Dios y si ellas lo hacen, nosotros debemos alabar por ellas, y la oración es un medio fundamental!
Podemos animar toda la naturaleza con este divino soplo de la oración y formar con todos los seres creados un magnífico concierto de oraciones a Dios Nuestro Señor.

Rezemos, gustemos de rezar, aumentemos de día en día nuestro espíritu de oración.

"Sino rezas te condenarás; y si Dios te abandona, ten en cuenta que es porque no rezas.

Te pareces al desdichado que estaba ahogándose y rehusa la cuerda que se le tiende para arráncarle de la muerte.
¿Qué hacer en este caso?
¡Esta irremediablemente perdido!

Lo vuelvo a repetir, deja todo, pero nunca dejes la oración; ella hará que vuelvas al buen camino, por lejos que estes de Dios, por la oración, volverás al seno del Señor, te dará valor y coraje para arrepentirte de tus pecados, y hará que te acerques con humildad a un confesionario.
Te hará llorar si es necesario, en los brazos de Jesús, y le pedirás perdón por haberlo ofendido.


Si te haces devoto de la oración en tu vida, te conducirá a la santidad y a la felicidad en este mundo y en el otro.
Recien el Cielo te darás cuenta la importacia de la oración.

Através de la oración se recibe enormes gracias espirituales, la cual son muy necesarias para ir al Cielo.
A no ser que des tu propia vida, para con tus semejantes, como lo hizo el Señor JesuCristo.
Reza por todos, reza por tí también, ya que el Cielo comienza en este mundo.




Reza de continuo, a toda hora, mantente siempre alerta, la oración a Jesús salva y cura tus heridas.¡Nunca dejes de rezar!




Frases y Dichos


No hay daño tan grande como el del tiempo perdido. (Miguel Angel)

Si algo quieres que se haga, encargáselo a una persona ocupada.(Chino)

Nadie prueba la profundad del río con ambos pies.(Inglés)

Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y esperan nuestra contestación.(Anónimo)

La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman sus semillas a los vientos.(R Tagore)

También el silencio es una opinión a veces. (Aristóteles)

No se conocería el bien si su opuesto no existiera.(Heráclito)