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8 de diciembre de 2015

Jubileo extraordinario: Año Santo de la Misericordia y el perdón

Los Atributos de Dios--->
<---Noviembre mes de efecto y gracia.


El Papa Francisco anunció este viernes, 13 de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, la celebración de un Año Santo extraordinario. Es el Jubileo de la Misericordia, que se iniciará el presente año con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
El Santo Padre, al inicio del año, exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la Misericordia. Éste es un tiempo muy valioso que debemos aprobechar, la Misericordia de Dios. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”.

“DIOS ES RICO EN MISERICORDIA” (Ef 2,4)

El tema de este año ha sido tomado de la carta de San Pablo a los Efesios (Ef 2,4). La apertura del Jubileo adquiere un significado especial ya que tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965.
Será por tanto un impulso para que la Iglesia continúe la obra iniciada con el Vaticano II. Durante el año del Jubileo las lecturas para los domingos del tiempo ordinario serán tomadas del Evangelio de Lucas, conocido como “el evangelista de la misericordia”.
Dante Aligheri lo definía “scriba mansuetudinis Christi”, “narrador de la mansedumbre de Cristo”. Son bien conocidas las parábolas de la misericordia presentes en este Evangelio: la oveja perdida, la moneda extraviada, el padre misericordioso.

El anuncio oficial y solemne del Año Santo tendrá lugar con la lectura y publicación junto a la Puerta Santa de la Bula, el Domingo de la Divina Misericordia, fiesta instituida por San Juan Pablo II que se celebra el domingo siguiente a la Pascua.

Antiguamente, para los Hebreos el jubileo era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal. A los ricos, en cambio, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La justicia, según la ley de Israel, consistía sobre todo en la protección de los débiles (S. Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente 13).

La Iglesia Católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un Jubileo cada siglo. Desde el año 1475 – para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo – el Jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un Jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.

Los Años Santos ordinarios celebrados hasta hoy de hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. La costumbre de proclamar Años Santos extraordinarios se remonta al siglo XVI (año 1700). Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención.

La Iglesia Católica ha dado al Jubileo Hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.

Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone al centro de la atención el Dios Misericordioso que invita a todos, sin excepción a volver hacia Él. El encuentro personal con Dios inspira la virtud de la Misericordia.

Explica el Vicario de Cristo que la indulgencia también se puede ganar para los difuntos, “a ellos estamos unidos por el testimonio de fe y caridad que nos dejaron”.

El Papa invita a vivir de la Misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total remisión de los pecados cometidos, por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie, y en este sentido escribe “que la indulgencia jubilar plena es fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”.

Finalmente, el Papa considera también a los fieles que frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X, “este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil.
Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad.
Al mismo tiempo –explica-, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.

LA PUERTA SANTA

El rito inicial del Jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo que dure el año Jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” para la salvación de todas las almas.

Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La Misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de San Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme).
Esta homilía es un homenaje a la Misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de Misericordia”.

En el primer Ángelus después de ser elegido Papa, Francisco decía que: “Al escuchar Misericordia, esta palabra cambia todo.br> Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de Misericordia hace al mundo menos frío y más justo.
Necesitamos comprender bien esta Misericordia de Dios, este Padre Misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).

También en este año 2013, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la Misericordia. Éste es el tiempo de la Misericordia. Hay tanta necesidad hoy de Misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”.
Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de Misericordia en medio del mar de la indiferencia”.
En el texto de la edición castellana de la exhortación apostólica "Evangelii Gaudium" el término "isericordia aparece repetida 29 veces.

El Papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.

En el marco del Año Jubilar de la Misericordia, el Papa Francisco escribió una carta a Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, donde se lee como el Santo Padre destaca algunos puntos importantes para “facilitar que sea un auténtico momento de encuentro con la Misericordia de Dios para todos los creyentes”.

El Obispo de Roma habla en primer lugar de los peregrinos que en cada diócesis o en Roma vivirán esta gracia del Jubileo, y explica que deberán hacer una “breve peregrinación” hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión.
Así mismo recuerda que es importante que este momento esté unido al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con una reflexión sobre la Misericordia.

Francisco nombra en su carta a Mons. Fisichella a quienes por diversos motivos no podrán llegar a la Puerta Santa, como los ENFERMOS, LOS ANCIANOS, O LAS PERSONAS QUE ESTÁN SOLAS y asegura que “también a través de los diversos "medios de comunicación", radio, televisión, internet, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.
También dedica unas palabras a los PRESOS que están en cárceles, y les recuerda que “la Misericordia del Padre quiere estar cerca de sus hijos para quienes más necesitan de su perdón”. Así mismo explica que en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y se lee en la carta:
“que cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la "Puerta Santa", porque la Misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.


EL PAPA ABRIÓ LA PUERTA SANTA DE SAN PEDRO CERRADA DURANTE 15 AÑOS

El papa Francisco inauguró hoy 8 de Diciembre el Año Santo extraordinario de la Iglesia católica al abrir la Puerta Santa de la Básilica de San Pedro, que estuvo cerrada durante casi 15 años.

En la ceremonia en el portal norte de la basílica, un ritual que tiene 500 años de antigüedad, participó también el antecesor de Francisco, el Papa emérito Benedicto XVI. El Año Santo, llamado en esta ocasión "Jubileo de la Misericordia", se prolongará hasta el 20 de noviembre de 2016 y ofrece a los creyentes un perdón total de sus pecados.

"¿Es esta la puerta del Señor?", preguntó el jefe de la Iglesia católica al dirigirse al portal de bronce. "Abra para mí las puertas de la justicia", agregó. En su homilía, el pontífice ensalzó el Año Santo llamándolo un "regalo de gracia".

Durante el Año Santo, los peregrinos que deseen tanto atravesar la Puerta Santa para obtener la indulgencia como hacer el recorrido a través de la avenida que desemboca en la Plaza San Pedro deberán registrarse en el sitio oficial www.im.va, que también servirá de apoyo para informaciones en lo que el promotor del Jubileo Rino Fisichella describió como "el primero en la era de internet y las redes sociales".

A partir del próximo domingo también podrán abrir sus Puertas Santas todas las catedrales en el mundo. El papa quiere que el "Jubileo de la Misericordia" se pueda celebrar en todo el mundo. Durante su reciente visita a la República Centroafricana, Francisco ya había abierto una Puerta Santa, la de la catedral de Bangui.


¿CÓMO OBTENER INDULGENCIA PLENARIA DURANTE TODO EL AÑO DE LA MISERICORDIA?

En su carta por el Año de la Misericordia, el Papa Francisco explicó las formas en las que los fieles podrán obtener la indulgencia durante este jubileo; ya sea en Roma, ó en cualquier lugar del mundo e incluso en las cárceles. El Santo Padre también explica el modo en el que deben proceder los enfermos y ancianos para obtener ésta "importantísima" gracia.

En cualquiera de los siguientes casos que se mencionan para obtener la indulgencia se debe cumplir primeramente con las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y el Credo).

1.- Los fieles “están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión”.

2.- “Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la Santa Eucaristía con un reflexión sobre la Misericordia”.

El Papa precisa que “será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y deben rezar por mí, oraciones y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo”.

3.- El Papa Francisco señala también que cada vez que un fiel realice personalmente una o más las obras de misericordia corporales y espirituales “obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar”.

“De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”, resalta el Papa.

4.- Sobre los enfermos y las personas ancianas que no pueden salir de casa, el Pontífice afirma que para ellos “será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad”.

“Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.

5.- Sobre los presos, el Pontífice explica que “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.

6.- Indulgencia para los difuntos: “de igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.




HAY CATORCE OBRAS DE MISERICORDIA
PARA GANAR INDULGENCIA PLENARIA
EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA.:

SIETE CORPORALES Y SIETE ESPIRITUALES



I.- Obras de misericordia corporales:

En su mayoría salen de una lista hecha por el Jesús en su descripción del Juicio Final. Son:

1) Visitar a los enfermos

2) Dar de comer al hambriento

3) Dar de beber al sediento

4) Dar posada al peregrino

5) Vestir al desnudo

6) Visitar a los presos

7) Enterrar a los difuntos


II.- Obras de misericordia espirituales:

Han sido tomadas por la Iglesia de otros textos que están a lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Cristo: el perdón, la corrección fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc. Son:

1) Enseñar al que no sabe

2) Dar buen consejo al que lo necesita

3) Corregir al que se equivoca

4) Perdonar al que nos ofende

5) Consolar al triste

6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo

7) Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.


CONFESARSE AL MENOS UNA VEZ AL MES DURANTE TODO EL AÑO DE LA MISERICORDIA

Desde la Santa Sede, Mons. Philip Egan alentó a los fieles a recurrir al Sacramento de la Reconciliación al menos una vez al mes, durante todo el Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco.

El Año de la Misericordia comenzará el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, y culminará el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey.

En su carta pastoral titulada “La Misericordia de Dios”, Mons. Egan expresó su deseo de “incentivar a toda nuestra gente a responder a la Misericordia de Dios, emprender una renovación de vida, reconocer sus pecados y recibir más frecuentemente –digamos una vez al mes– el Sacramento de la Reconciliación”.

“¡No hay nada como una buena Confesión con el gozo de encontrarse uno a uno con nuestro Salvador, Jesucristo!”, aseguró.

El Prelado destacó que el propósito del Año Jubilar es “proclamar y recibir la amorosa misericordia de Dios”.

Dios, dijo Mons. Egan, “llama a los pecadores, a ti y a mí, a ser discípulos en Su Cuerpo, la Iglesia. Quiere que cambiemos. Quiere que seamos libres de la miseria del pecado y nos ayudemos a alcanzar nuestro potencial”.

“(Dios) quiere hacernos santos y llevarnos un día al cielo”, aseguró.

En el caso de su diócesis, señaló el Obispo, se establecerán dos santuarios a los cuales los fieles podrán peregrinar, para cruzar sus Puertas Santas y recibir la indulgencia plenaria ofrecida en el Jubileo. Estas serán la Catedral de Saint John y la iglesia de Saint Edmund en Inglaterra.


LISTA DE LOS AÑOS JUBILARES CON LOS RESPECTIVOS PAPAS:

año 1300: Bonifacio VIII
año 1350: Clemente VI

año 1390: proclamado por Urbano VI, presidido por Bonifacio IX

año 1400: segundo jubileo de Bonifacio IX

año 1423: Martín V

año 1450: Nicolás V

año 1475: proclamado por Pablo II, presidido por Sixto IV

año 1500: Alejandro VI

año 1525: Clemente VII

año 1550: proclamado por Pablo III, presidido por Julio III

año 1575: Gregorio XIII

año 1600: Clemente VIII

año 1625: Urbano VIII

año 1650: Inocencio X

año 1675: Clemente X

año 1700: Abierto por Inocencio XII, concluido por Clemente XI

año 1725: Benedicto XIII

año 1750: Benedicto XIV

año 1775: proclamado por Clemente XIV, presidido por Pío VI

año 1825: León XII

año 1875: Pío IX

año 1900: León XIII

año 1925: Pío XI

año 1933: Pío XI

año 1950: Pío XII

año 1975: Pablo VI

año 1983: Juan Pablo II

año 2000: Juan Pablo II

año 2015: Francisco

En los años 1800 y 1850 no hubo Jubileo a causa de las circunstancias políticas de la época.

El PERDÓN DE DIOS NO SE PUEDE NEGAR AL QUE SE HAYA ARREPENTIDO

Otro de los importantes puntos en los que el Papa incide en su carta es el hecho de como algunas personas viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo, explica.
Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por dónde ir.
Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto, y recuerda que “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre”.
Así asegura que por este motivo ha decidido conceder “a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón”.


SÍNTESIS DE LA CARTA DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA

El Papa ha determinado la concesión de la indulgencia del próximo Jubileo mediante una carta a Mon. Fisichella, Presidente del Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización, en la que manifiesta el deseo de que el jubileo “sea un auténtico momento de encuentro con la Misericordia de Dios para todos los creyentes”.

En este artículo se resume únicamente el contenido de la carta en los puntos más concretos que establece el Romano Pontífice. También se proporcionan enlaces a las voces del Diccionario de Derecho Canónico más relacionadas.

Sobre el modo de ganar la indulgencia:

1) Realizar una breve peregrinación -como signo del deseo profundo de auténtica conversión- hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, en los santuarios y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares.

2) Unir esa peregrinación, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación (La confesión) y a la celebración de la Santa Eucaristía(La Santa Misa), con la profesión de fe y las oraciónes por el Papa y sus intenciones.

3) Los enfermos y las personas ancianas y solas: recibir la comunión o participar en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, radio, televisión, o internet en vivo.

4) Los presos en las capillas de las cárceles; cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración a Dios, será como atravesar la puerta Santa.

5) Obras de misericordia: cada vez que un fiel realice personalmente una o más de estas obras obtiene la indulgencia jubilar.

6) La indulgencia jubilar se puede ganar también para los difuntos.

Otras disposiciones:

1) En el Año jubilar todos los sacerdotes tiene la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden perdón.

2) Durante el Año Santo Jubilar también quienes se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X para la confesión, recibirán válida y lícitamente la absolución.

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