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3 de septiembre de 2010

Misterios Luminosos.

<---Misterios Gloriosos.
Octubre mes del Rosario.--->

MISTERIOS LUMINOSOS; día Jueves.

PRIMER MISTERIO LUMINOSO:

El Bautismo de Jesús en río Jordán


Texto Bíblico: Mt 3,13-17

Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara.
Pero Juan quería impedirlo, diciendo:
"Soy yo el que necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?".
Jesús le respondió:
"¡Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así la escritura!"
Entonces Juan accedió a ello.
Una vez bautizado, Jesús salió del agua;
y en esto los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él.
Y se oyó una voz del cielo:
"Éste es mi hijo amado, mi predilecto".

Meditación del grupo de oración de María Reina.

Jesús comienza su misión en este mundo, el de anunciar el Reino de Dios, y lo primero que hace es bautizarse.
Juan tiene la misma edad que Jesús, y ya comenzado a allanarle el camino al Señor.
La gente acude al Bautista, le cuenta sus pecados y él los bautiza con agua, pero hay uno más grande que yo, que cuando venga los bautizará con fuego.
Y ése día llegó y Jesús se presenta ante Juan, para que lo bautize.
Juan al principio se niega, diciéndole:
Tu vienes a que yo te bautice, eres Tú el que me debes bautizar a mi.
Jesús le dice que debe bautizarlo para que se cumplan las escrituras, es mejor así.
Juan acepta y lo bautiza. Luego ve que desde el cielo se abre, y desciende una paloma sobre Jesús que es el Espíritu Santo.
Y luego una voz se oyó afirmando que Jesús es el Hijo de Dios el enviado del Padre;
"Este es mi Hijo muy amado escúchenlo".
En un instante se hizo presente la Santísima Trinidad:
El Padre con su voz, el Hijo que fue bautizado, y el Espíritu Santo en forma de paloma.
De esta forma toda la Santísima Trinidad se revela ante el mundo, cosa que antes de la venida de Jesús nunca se habían manifestado.
Sólo el Padre Celestial, dialogaba con los profetas y los justos.
Quedando ahora revelado el gran misterio Divino, que son tres personas, y un sólo Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
La Iglesia Cristiana había nacido, con el bautismo de Jesús.
Todo cristiano católico ha sido bautizado, y hemos recibido la fuerza de Dios, somos una criatura nueva.
Cuántas gracias debemos darle a Jesucristo, porque somos católicos, porque tenemos más oportunidades de ir al cielo más rápido que otras religiones, porque el mismo Dios puede estar en nosotros si así lo queremos.
Pero ése precioso don, exige sacrificios; de ser buenos, de ser humildes, de rezar el Rosario de María diariamente, de ir a misa todos los domingos, de cumplir con nuestra religión, de aceptar lo que el Papa manda.
Y por sobre todo, de amar a Dios, y al prójimo como a uno mismo.

Pidamos como fruto del Rosario: que todos seamos bautizados en el Espíritu de Dios.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,
y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén

SEGUNDO MISTERIO LUMINOSO:

El milagro de Jesús en la bodas de Caná


Texto Bíblico: Jn 2,1-11

Hubo una boda en Caná de Galilea, en la que fueron invitados, María la Madre de Jesús, el mismo Jesús y sus discípulos. Se terminó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
"No tienen vino". Jesús le contestó:
"¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora todavía no ha llegado".
Su madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que él os diga".
Había allí seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una para los ritos de purificación de los judíos. Jesús les dijo:
"Llenad de agua las tinajas". Y las llenaron hasta arriba.
Añadió:
"Sacad ahora y llevádselo al maestresala". Y se lo llevaron.
Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua),
llamó al novio y le dijo:
"Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Meditación del grupo de oración de María Reina.

Jesús y María habían sido invitados a una boda, este tipo de fiesta generalmente duraba varios días, donde se comía, se tomaba vino, y había baile.
La boda era un acontecimiento muy importante entre los Judíos, ya que con el casamiento llegaban los hijos, y por sobre todo el primer hijo "varón" que era el que continuaba con los ritos y según la tradición era también el primer hijo quién rezaba por su padre y éste tenía quién rezara por él.
Por eso el primer hijo varón era muy importante entre los judíos y por consiguiente era muy importante el casamiento.
Después de tanto comer y beber, se había terminado el vino, María sabiendo que Jesús tenía poder para hacer milagros, ya Ella durante toda la vida de Jesús habrá visto más de un milagro realizado por su Hijo, y confiando en que sería escuchada, le pide que hago el milagro.
De transformar el agua en vino.
En la primera frase, Jesús se niega al principio, un poco reprochándole que no es asunto suyo si se quedaron sin la principal bebida, el vino.
¿y a mí y a tí qué, mujer?. Una frase un poco despreocupada: ¡y a nosotros que nos importa si no tienen más vino, que se preocupen ellos!
Y en la segunda frase le afirma diciendo que no es tiempo todavía para que Él actúe como Dios, cuando le dice a María:
"Mi hora aún no ha llegado". Es algo así como; No es hora todavía que yo me revele como Dios ante el mundo.
Aún así accede a su pedido y vemos que Jesús obedece a su Madre. Por eso siempre debemos pedirle a Jesús através de María y de seguro nos escuchará
Los sirvientes llenan las vasijas de agua tal cual les dice María. Y ocurre las más milagrosa de las transformaciones.
Tanto es así que el maestresala lo prueba y que admirado, y llama al novio y se lo comenta:
"Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora".
Jesús demuestra que cuando el hombre confía el El, se pueden hacer cosas enormes, la fe mueve montañas y Jesús puede hacer mucho más que mover montañas.
Este fue el primer milagro de realizó Jesús y así manifestó su gloria.
Y dice también la escritura que los discípulos creyeron el El.
Este hecho milagroso, hizo que sus seguidores, los discípulos, afirmen su fe en El, y que crean que Jesús es "Dios", y es el enviado del Padre.
Y que el Padre está en Jesús, y Jesús en el Padre, ya que sino fuera así, no tendría poder para hacer lo que hace, convertir el agua en vino.
¿Quién puede realizar este milagro, si Dios no está en el?
Nadie. Y Jesús lo realizó, por lo tanto, Jesús está en Dios!

Pidamos como fruto del rosario: El poder para realizar todo el bien a nuestro alcance.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:
"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.

TERCER MISTERIO LUMINOSO:

El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión


Texto Bíblico: Mc 1,14-15

Después de ser Juan encarcelado, Jesús fue a Galilea a predicar el evangelio de Dios; y decía:
"Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca.
Arrepentíos y creed en el evangelio".





Meditación del grupo de oración de María Reina.

Para Jesucristo, el anuncio del Reino es muy importante en su predicación y es su vida, y a ello le dedica los tres años que predicación.
El Reino que Él anuncia viene del mismo Dios, es luz, salvación, paz, vida eterna, reconciliación.
Es un reino que no tenemos que esperar, la muerte para poderlo ver, porque el Reino comienza cada día, y es un reino que está dentro de cada ser humano.

En sus parábolas, pronunciadas tantas veces, Cristo va mostrando las características del Reino al que todos nosotros hemos sido invitados desde nuestro bautismo.
Los hombres de su tiempo entendían sus parábolas, porque Cristo hablaba de la misma forma que los profetas y que la gente conocía, pero dándoles una profundidad y un alcance, que no soñaron ni los profetas mismos.

El reino hace hincapié, en la conversión, cambiar de vida, de actitud, de pensamiento, y por sobre todo, amar a Dios y al prójimo como a uno mismo.
Es dejar de lado los egoísmos, y darnos con el hermano necesitado.
Dejar el camino fácil, el camino ancho, por donde van miles y se encaminan a la perdición eterna, por el angosto, que es difícil, pero que al final tiene su premio, la vida eterna.
La conversión que Dios quiere es el amor al prójimo, el amor a la vida, el sacrificio por los demás, el desear siempre el bien, aun cuando todo parezca perdido e inútil.
No es fácil, ya que el mundo y luces nos distraen, y hacen que se pierda lo más valioso, la eternidad.
Pero tenemos a María, nuestra del Cielo, ella nos ayudará si lo queremos.
Y a Jesús, que nos espero siempre, no importa la carga que llevemos, y El vive para nosotros y se queda con nosotros hasta el fín del mundo, como lo ha dicho.

Pidamos como fruto del rosario: La gracia de anunciar el evangelio a toda criatura.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.

CUARTO MISTERIO LUMINOSO:

La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.


Texto Bíblico: Lc 9,28-35

Unos ocho días después Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y Santiago y los llevó al monte a orar.
Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente. Dos hombres, de improviso, se pusieron a hablar con él. Eran Moisés y Elías, que aparecieron con un resplandor glorioso y hablaban con él de su muerte, que iba a tener lugar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero lograron mantenerse despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.

Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo:
"Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas:
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
No sabía lo que decía.
Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y los cubrió. Al entrar en la nube, los discípulos se asustaron.
Y una voz desde la nube dijo:
"Éste es mi hijo, el elegido, escuchadlo"

Meditación del grupo de oración de María Reina.

En la Transfiguración, los apóstoles se dieron cuenta que en Cristo verdaderamente "habita corporalmente toda la plenitud de la Divinidad".
Jesús les permite ver todo esto antes de la Crucifixión, a fin de que ellos sepan quién es el que sufrirá por ellos.
Es Jesús Dios, que ha tomado un cuerpo humano, y que padecerá por toda la humanidad pecadora. Pecados presentes, pecados pasados y futuros.
Y que entiendan que en la transfiguración, Jesús se manifiesta como lo que es, "Dios", que tiene Poder igual al Padre.
Y a su vez saber lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman.
Compartir toda la eternidad con Jesús Todopoderoso, y habitar dónde El habita, en el Cielo.
Esto es lo que la Iglesia celebra en la fiesta de la Transfiguración.

Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, se aparecen junto a Jesús, y respaldan lo que hace el Señor y dan testimonio de que Jesús es Dios, y con ésto, proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.

Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo.
Es su Hijo Unico. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen.
Por eso pide que lo escuchen, ya tiene palabras de vida eterna. El es la luz del mundo, el que lo sigue no andará en tinieblas.
El es el camino, la verdad y la vida. El los llevará a la Felicidad Eterna.
En la transfiguración es un anticipo de cómo Jesús nos transfigurará a nosotros también, cuando llegue nuestra muerte y si vamos al Cielo.
Con un cuerpo nuevo, y alma tan limpia y cristalina, así no transfigurará el Señor Jesús en un abrir y cerrar de ojos; seremos transformados.
Un buen ejemplo es María Santísima en Lourdes, Fátima, Medjugorje, que se aparece, siempre radiante, joven, bellísima.
Ella ha sido transformada por Jesús, y así permanecerá para siempre, junto a Jesús para toda la eternidad!.

Pidamos como fruto del rosario: Qué Dios transforme nuestra vida en bien de los demás.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.

QUINTO MISTERIO LUMINOSO:

La institución de la Eucaristía.


Texto Bíblico: Mc 14,22-24

Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a su discípulos diciendo:
"Tomad, y comed porque esto es mi cuerpo".
Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de él todos.
Y les dijo:
"Ésta es mi sangre, la sangre de la nueva alianza, que será derramada por todos".
Siempre que comáis y bebáis esto hacedlo en memoria mía.

Meditación del grupo de oración de María Reina.

Eucaristía: de origen griego "Eukharistia", significa "acción de gracias".
Esta palabra recuerda las bendiciones judías que proclaman las obras de Dios:
la creación, la redención, la santificación.

El carácter de sacrificio de la Eucaristía se halla claramente indicado en las palabras que Jesús pronunció sobre el cáliz, según el evangelio de Mateo:
"Esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por todos para el perdón de los pecados"
Esta frase evoca el relato en el que Moisés rocía con sangre del sacrificio del Sinaí al pueblo, al tiempo que dice:
"Esta es la sangre de la Alianza que el Señor ha hecho con vosotros"

Cuando Jesús instituyó la Eucaristía tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: "Tomad, comed, esto es mi cuerpo".
En esta frase sorprende el realismo con que se identifica al sujeto "esto" (el pan) con el predicado "mi cuerpo" (la persona de Jesús).
Las palabras de Jesús no dejan lugar a dudas. No se trata de una comparación:
esto es como mi cuerpo, sino de una afirmación real esto es mi cuerpo.
Son signos simbólicos reales de la presencia real y de la entrega personal de Jesucristo.
En los signos sensibles de pan y de vino, se hace presente realmente Jesucristo, que se entrega por nosotros.

El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sacramento de la Eucaristía "En verdad, en verdad os digo:
si no coméis la carde del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros".
Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San Pablo exhorta a un examen de conciencia:
"Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Examínese, pues cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz.
"Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo"
(1 Cor 11, 27-29)
Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación, es decir confesar sus pecados a un sacerdote, antes de acercarse a comulgar.

La Iglesia obliga a los fieles a participar los domingos y días de fiesta en la divina liturgia y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual.
Pero también la Iglesia recomienda vivamente a los fieles a recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días.
Recordemos que en el cuerpo de Cristo se encuentra la sangre de Cristo, la cual, es beneficioso y muy valioso, para los males de carne, los males sensuales, la pensamientos malignos, y la pereza espiritual de rezar.
Ya que comulgando bien, los enfrentamos mejor y ahuyentamos todos éstos males, tan de moda en todos los tiempos.

Pidamos como fruto del rosario: La gracia de hacer una buena confesión y comunión.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.



RECEMOS TODOS LOS DÍAS EL SANTO ROSARIO:

MISTERIOS LUMINOSOS.




FRUTOS ESPIRITUALES DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Acrecienta la unión con Cristo:

"quién come mi Carne y bebe mi Sangre, habita en mí y yo en él" (Jn 6,56.

Fortalece el Espíritu:

Lo que el alimento material produce en la vida corporal, la comunión lo realiza de manera admirable en la vida espiritual.
La comunión conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo.

Separa del pecado:

como el alimento sirve para restaurar la pérdida de fuerzas, la Eucaristía fortalece la caridad, que en la vida cotidiana, tiene a debilitarse, y esta caridad vivificada borra los pecados veniales.
Cuanto más se participa en la vida de Cristo y más se progresa en su amistad, tanto más difícil será romper con él por el pecado mortal.

Entraña un compromiso a favor de los demás:

para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregado por nosotros, debemos reconocer a Cristo en el prójimo, sobre todo en los más pobres y necesitados.

Fortalece la unidad del Cuerpo místico:

La Eucaristía hace a la Iglesia. Los que reciben la Eucaristía se unen más estrechamente a Cristo, por ello mismo, Cristo los une a todos los fieles en un solo cuerpo que es la iglesia.
La Comunión renueva, fortifica y profundiza la incorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo.

Nos hace partícipes del Reino de Dios.

Cada vez que comulgamos, Dios nos inunda de sus gracias santificantes, nos fortalece contra todos los males de este mundo, y nos hace desear lo bienes del Cielo.

La Comunión es el Pan de los Ángeles.

Es el Pan que los Ángeles en el Cielo estiman tanto, y desean alimentarse de Él todos los días y por toda la eternidad. Nada es más grato y beneficioso para los Ángeles que el Cuerpo de Cristo.

Ahuyenta a los demonios.

Al igual que la Preciosísima Sangre de Jesús, el Cuerpo Sagrado de Cristo ahuyenta a los demonios de nuestra vida, quienes quieren la perdición eterna de nuestra alma.

Frases y Dichos


Quien ayuda a salvar un alma, salva la suya.(San Alfonzo María de Ligorio.

No te fies de la máscara de quien te muestra el rostro demasiado descubierto.(F. Pananti)

Bigamia es tener una esposa de más, monogamia es lo mismo.(Oscar Wilde)

El fracaso es la oportunidad de comenzar nuevamente de manera inteligente.(Venezolano)

No hay árbol que el viento no haya sacudido.(Peruano)

Si los que hablan mal de mí, supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, aún hablarían peor.(S. Guitry)

El sabio sabe que no lo sabe todo.(Confusio)

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